jueves, 3 de abril de 2014

Iluminados de Baviera

La orden de los Iluminados (Illuminatenorden en el original alemán, compuesto, derivado del Italiano illuminati, 'iluminados', y Orden) es el nombre dado a varios grupos, tanto reales como ficticios. Históricamente, el nombre se refiere a la organización Illuminati de Baviera, una aclaración (de la era) de una sociedad secreta fundada el 1 de mayo 1776, la cual manifestaba oponerse a la superstición, los prejuicios, la influencia religiosa sobre la vida pública, los abusos de poder del Estado y para apoyar la educación de la mujer y la igualdad entre los sexos. Tal organización de los Illuminati se prohibió, junto con otras sociedades secretas, por el liderazgo del gobierno de Baviera, con el apoyo de la Iglesia católica, y la misma se disolvió definitivamente en 1785. En los años siguientes, el grupo fue vilipendiado por críticos conservadores y religiosos, que afirmaban que los miembros de los Illuminati de Baviera se habían reagrupado y sido responsables de la Revolución Francesa.



En su uso posterior, "Illuminati" se refiere a las diversas organizaciones que reclaman o presuntamente tienen vínculos con los Illuminati bávaros originales o sociedades secretas similares, y con frecuencia acusado de conspirar para controlar los asuntos mundiales, de planear eventos y ser agentes de siembra en diversos gobiernos y empresas, con el fin de establecer un Nuevo Orden Mundial y/o buscar el aumento de su potencia política e influencia. Figura central de algunas de las más conocidas y elaboradas teorías de la conspiración, así como de varias obras de ficción, los Illuminati se han representado como un grupo político/económico/esotérico al acecho y en las sombras, que constantemente tira de las cuerdas y palancas del poder. Esta descripción puede encontrarse en decenas de novelas, películas, programas de televisión, cómics, videojuegos y videos musicales.




Fundación:

Adam Weishaupt, el fundador.
El profesor de derecho eclesiástico y filosofía práctica de la universidad de Ingolstadt, Baviera, Adam Weishaupt (1748-1830), fundó el primero de mayo de 1776, con dos alumnos suyos, la «Asociación de los perfectibilistas» ("Bund der Perfektibilisten", en el orig. al., comp. de "Bund", 'Asociación' y un deriv. del lat. perfectibilis, 'perfeccionable'). Como símbolo de la organización eligió el mochuelo de Minerva, la diosa romana de la sabiduría. De trasfondo se encontraba el clima intelectual universitario, prácticamente dominado por los jesuitas, orden disuelta tres años antes.





Weishaupt, con veintiocho años, era el único profesor de Ingolstadt sin pasado en la Compañía y se encontraba correspondientemente aislado del cuerpo docente, también debido a su entusiasmo por las ideas ilustradas. Para ofrecer protección a los alumnos de las intrigas jesuíticas, que presuponía por todas partes, pero sobre todo para proporcionarles acceso a literatura crítica eclesiástica contemporánea, fundó la «Asociación de sabiduría secreta», en cuyos comienzos no era más que un círculo de lectores anticlericales de un máximo de veinte miembros. Aparte de esto, el fundador vio en la Orden Rosacruz, una orden mística espiritual perteneciente a la masonería, un mal siempre creciente que debía combatirse. Weishaupt informó de sus razones para la fundación de la sociedad en su carta Pythagoras oder Betrachtungen über die geheime Welt- und Regierungskunst.



Crisis y Prohibición:

El número de miembros aumentó rápidamente, sin embargo este éxito suponía a la vez el comienzo del final: Knigge amenazó epistolarmente con delatar sus secretos a los jesuitas y a los rosacrucianos. Reforzando la desconfianza y preocupaciones de Weishaupt. Ya que Knigge y Bode hubieran incorporado al príncipe Karl von Hessen-Kassel y a Ferdinand von Braunschweig, así como al duque Ernst von Sachsen-Gotha y Carl August von Sachsen-Weimar, todos ellos representantes de la autoridad absolutista. Estas sospechas no estaban infundadas, pues Carl August y su consejero privado Goethe se habían afiliado con el único fin de investigar a la Orden.

Como resultado se agudizaron las discrepancias entre Weishaupt y Knigge hasta el punto de que la orden amenazaba con disolverse. En febrero de 1784 se convocó en Weimar para eso un tribunal arbitral llamado “congreso”. Para sorpresa de Knigge, el juicio del congreso en el que participaron, entre otros, Goethe, J. G. Herder y Herzog Ernst von Sachsen-Gotha fue que debía construirse un nuevo Areópago. Este parecía ser un compromiso tolerable. Pero como era previsible que el fundador de la orden siguiera siendo influyente aún sin presidencia formal en el Areópago, lo que significaba una clara derrota para Knigge. Se acordó el silencio y el retorno de todos los papeles y el primero de julio abandonó Knigge la orden. En el tiempo siguiente se apartó de los “estragos de la moda” de querer arreglar el mundo mediante sociedades secretas. Por su parte Weishaupt le entregó la dirección de la orden a Johann Martin, conde de Stolberg-Roßla.



Durante las disputas internas las asociaciones secretas habían atraído sobre sí la atención de las autoridades bávaras. Eran el blanco de sospechas de asesinatos afines a la ilustración, que pretendían alterar el orden tradicional, infltrándose entre los funcionarios públicos para alcanzar un «Estado razonable».2 Consecuentemente el 22 de junio de 1784 el príncipe elector Karl Theodor prohibió todas las «comunidades, sociedades y fraternidades» fundadas sin su aprobación señorial.


Carlos II Teodoro de Baviera (aquí en un retrato de 1763) prohibió la orden mediante varios edictos entre 1784 y 1785
El dos de marzo de 1785, bajo presión de Peter Frank, canciller barón de Kreittmayr, el barón rosacruciano de Törring y otros cortesanos, se promulgó un edicto adicional, que esta vez prohibía a los Iluminados y a los Francmasones llamándolos por su nombre y considerándolos altos traidores y enemigos de la religión. Mediante registros domiciliarios se confiscaron varios papeles de la orden que aportaron sucesivos indicios sobre la radicalidad de sus propósitos. Documentos encontrados en un mensajero difunto informaron sobre el nombre de un miembro. Ese mismo año el papa Pío VI aclaró en dos cartas al obispo de Freising (18 de julio y 12 de noviembre), que la adhesión a la orden era incompatible con la fe católica.



A consecuencia de las prohibiciones de 1784-1785 se produjeron las persecuciones de miembros. Se llegó a registros domiciliarios y confiscaciones, algunos consejeros y oficiales perdieron el puesto, algunos miembros fueron desterrados, pero nadie resultó encarcelado.3 El mismo Weishaupt cuyo papel fundador se desconocía al principio, resultó sospechoso, pero sólo huyó cuando tuvo que admitir la fe católica, primero a la ciudad imperial libre Ratisbona y en 1787 otra vez a Gotha, donde Herzog Ernst le proporcionó una consejería áulica sinecura.

En abril de 1785 el conde Stolberg-Roßla declaró la orden oficialmente suspendida –tras aboliciones temporales–. Bode aprovechó la coyuntura para conservar la asociación con vida. E intentó resucitarla con ayuda de la Iglesia minerval de Weimar y la Orden de los amigos invisibles, pero debió abandonar en 1790 debido al clima estrictamente antiiluminista de los años revolucionarios. Los investigadores están generalmente de acuerdo, en que la desarticulación de la orden de los Iluminados fue completa.


Las Guerras Mundiales:

Las cartas de Pike a Mazzini:

La cueva de los iluminados en Aigen (Salzburgo) (vid. Castillo Aigen), un ejemplo de la embellecida imagen de la Orden para el Sturm und Drang
Quienes apoyan las teorías conspirativas, citan como por ejemplo la presunta existencia de una serie de cartas escritas entre los años 1870 y 1872, que se conservarían en los archivos de la biblioteca del Museo Británico entre un antiguo militar confederado llamado Albert Pike (De hecho el único representante de la Confederación, y a la vez miembro activo del Ku Klux Klan, honrado con una estatua en Washington D.C.) y el francmasón y carbonario Giuseppe Mazzini, un filósofo y político italiano que se esforzó por unificar los estados italianos y quien había sido seleccionado por los Illuminati para dirigir sus operaciones mundiales en 1834.
El Museo Británico desmiente la existencia de dichas cartas.

Según William Guy Carr, en una de las cartas fechada el 15 de agosto de 1871, Pike le hace saber a Mazzini el plan de los Illuminati para el futuro del mundo: 

“Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero.

-La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias causadas por los "agenteur" (agentes) de los Illuminati entre los imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la "nueva Rusia" y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.




-La segunda guerra mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias (Nazismo, Fascismo, Comunismo y Socialismo) y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las comunidades judías. Esta nueva guerra debe permitir consolidar una Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción cristiana/occidental.










-La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes. Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente... Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el Cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación universal de la doctrina pura de "Lucifer", sacada a la vista pública finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del Cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo.





Citado según William Guy Carr, en Peones en el juego, 1955.”






Iluminados de Baviera: Revolución Francesa

No por último se les ha hecho responsables de la Revolución Francesa. Esta grave sospecha fue formulada por primera vez en 1791 por el párroco francés Jacques François Lefranc en su libro Le voile levé pour les curieux ou les secrets de la Révolution révéles à l'aide de la franc-Maçonnerie (El velo destapado para los curiosos o los secretos revolucionarios de la ayuda francmasona). Su posterior difusión se la debe sin embargo a otros dos autores, que poco después compusieron extensas obras sobre los orígenes revolucionarios franceses: el exjesuita francés Augustin Barruel y el erudito escocés John Robison. Ambos intentaron, con mutua independencia, demostrar que no desataron la revolución ni la permanente presión del tercer estado, ni la difusión de los ideales ilustrados, ni la mala cosecha del año previo ni tampoco la mala gestión de la crisis por el rey Luis XVI, sino que fueron los Iluminados. Para esto aportan principalmente tres pruebas:

1-Casi todos los cabecillas revolucionarios importantes eran masones. La equiparación incondicional de ambas sociedades es, como ya se advirtió previamente, falso.

2-Existían efectivamente logias masonas en la Francia postrevolucionaria autonominadas –de forma parecida a la orden de Weishaupt–, "Les Illuminés". Que estos grupos eran muy pequeños y tuvieron poca influencia, estorbaba tan poco como el hecho de que los iluminados franceses siguieran una línea más bien mística-martinista y tenían poco que ver con los ilustrados radicales como Knigge y Weishaupt.

3-Era sabido, que Johann Christoph Bode viajó a París en 1787. En motivo de su desplazamiento, que sólo duró entre el 24 de junio hasta el 17 de agosto, no tenía nada que ver con el estallido revolucionario, sino que le habían invitado a una convención masona, pero que a su llegada ya había terminado.





A la tesis de que los Iluminados se encuentran tras la Revolución Francesa, le faltan todas las bases. Sin embargo tuvieron Barruels y Robinsons mucho éxito. En el ámbito germano, extendió principalmente estas teorías el fugaz diario conservador Eudämonia (1795-1798).8 Hasta hoy no han perdido estos escenarios conspirativos su fascinación sobre muchos publicistas y agrupaciones radicales de extrema derecha.9 Notables aquí son por ejemplo Nesta Webster, una fascista británica veintecentista, famosa teorética conspiradora, el estadounidense John Birch o el predicador cristiano estadounidense Pat Robertson. También la obsesión, con las teorías conspirativas antisemitas como Des Griffin y Jan Udo Holey siempre imaginando nuevos rastros de la orden, muestran la estrecha conexión entre el radicalismo de derechas y la paranoia anti-iluminista.



Otras teorías sostienen que los illuminati están detrás del apoyo financiero de colectivos sociales como el feminismo o el movimiento gay con la intención de fracturar y confundir a la sociedad llevándola hacia la «degeneración moral». Se trataría de movimientos sociales que no surgirían por azar sino que habrían sido puestos en marcha y financiados por las redes ocultistas mundiales.